jueves, 26 de agosto de 2010

Amor de madre


Llevo unos días pensando en mi madre. Pocas veces he escrito nada sobre ella, ni siquiera en mis apuntes más personales....Creo que me resulta demasiado doloroso hacerlo. Quizá todavía tengo lágrimas por brotar, pero me pregunto si esto no va a tener nunca fin...

En mi primer embarazo también me ocurrió; la imaginaba embarazada de mi hermana, depositando en su panza ilusiones diarias, proyectando los mejores deseos para quien llevaba en sus entrañas... Después, en el segundo embarazo, ya con una hija de seis años, la imagino más serena, sin emociones tan intensas como la primera vez, pero también feliz por su maternidad. Así estoy yo al menos.

Mientras crecía en el útero de mi madre mis padres vivían en Francia, pero quisieron que naciera en su país y volvieron a su tierra para el parto. Se puede decir oficialmente que soy un bebé que llegó de París, en el pico de una cigüeña, como en los cuentos infantiles.

Recuerdo la ilusión con la que me contaba que mi hermana, cuando le dijeron que yo ya había nacido, se marchó corriendo de la casa de nuestros abuelos, aún con el pijama ¡y descalza! y se presentó en el hospital para conocerme...En los pueblos los niños podían correr libremente por las calles sin peligro.

Espero que a ELLA le haga tanta ilusión la llegada de su hermanito/a. Al menos ahora ya ha asumido que yo también voy a ser mamá del bebé, no sólo suya, que se puede ser mamá de varias personitas a la vez y que el amor de una madre no se gasta cuando se comparte, al revés, se multiplica.

Gracias por habernos traído a las dos a la vida. A pesar de todo.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Peter Pan


Una noche, por casualidad, llegué al "País de Nunca Jamás" y tuve la suerte de conocer a Peter Pan. Poco a poco, a través de palabras invisibles que viajaban por el aire, comprendí que era mucho más que un eterno niño. Era un adulto que había aprendido a crecer conservando la curiosidad, la ilusión y la bondad infantil.

Compartió durante años sus refugios conmigo, me regaló notas musicales y luciérnagas para que no tropezara en la oscuridad, me ayudó a recuperar mi corazón de duende y a rescatar parte de mi infancia perdida...Caminamos juntos durante muchas LUNAS seguidas y paseamos junto al MAR y la ARENA.

Seguimos compartiendo sueños, ahora algo más despiertos. Tenemos pendiente una cita en Covent Garden cuando el azar vuelva a soplar a nuestro favor. Siempre lo hace, sólo necesitamos mantener la esperanza y la ayuda recíproca.

Gracias, Peter Pan. Formas parte de lo importante de mi vida.

lunes, 16 de agosto de 2010

Primera ecografía


Hoy nos han presentado oficialmente a ELLO. Aún no sabemos si es niño o niña, pero sabemos lo esencial: su corazón sigue latiendo (lo hemos visto y oído), sus piernas y brazos se mueven, mide 67 mm desde la cabeza hasta las nalgas, tiene estómago, vejiga...

Yo también tengo vejiga. Estaba tan nerviosa durante la espera (casi dos horas en la sala esperando a que nos llamaran) que he debido ir al baño unas seis veces (no estoy exagerando). A mi estado de ansiedad se le ha sumado haber visto a dos madres que salían llorando de las consultas y no parecía que fuera de emoción de la buena. Da especialmente pena ver llorar a una embarazada, a mí me lo parece.

La ecógrafa tenía cara amable. Nos ha hecho sentir cómodos. Ha tenido que golpearme varias veces el útero porque ELLO estaba dormido/a y quería que se moviera un poco para medirle mejor. Justo me golpeaba en un punto del abdomen que me ha dolido algunos días y que aún me duele un poquito si me toco. Me he imaginado que no es casual; estará ejerciendo el/la "bichuco" algún tipo de presión ahí. La matrona no le dio importancia y estoy tranquila porque pienso que es algo normal.Yo intentaba ver lo que ocurría en la pantalla pero no veía nada y miraba la cara de la doctora para ver si su expresión podía decirme algo. Como me estaba poniendo nerviosa he acabado cerrando los ojos en algún momento para tranquilizarme, porque tengo una cabeza que es una auténtica batidora mental y cada segundo de incertidumbre se convierte en una tortura para mí. Al fin me ha mirado sonriente y ha dicho: "la exploración es normal". Ha girado la pantalla y he notado que se me llenaban los ojos y se me escapaba alguna tímida lágrima pequeñaja. Tenía acumulada demasiada tensión.

Después ELLO se ha despertado, quería saludar a sus papis. Ha empezado a hacer movimientos con la cabeza, las piernas...; nos ha enseñado su corazón, el estómago... Ha sido bonito. Me encanta que ÉL esté conmigo en esos momentos. Sólo ÉL puede sentir lo que siento yo. O algo parecido...



viernes, 13 de agosto de 2010

Corazones solapados

Anteayer fue el primer gran día. Confío en que nos esperen muchos de ésos... Fuimos los tres a la tan esperada consulta con la matrona. Me encantó ir tan bien acompañada. La matrona transmite una calma infinita. Se merece el pseudónimo de "Serena".
ELLA hablaba en voz bajita y tímida, respetando el silencio y la tranquilidad de la consulta. Me sentí orgullosa del comportamiento de mi niña.
Llegó el momento de intentar escuchar el latido del corazón del bebé. Tardó varios minutos-que a mí me parecieron horas- en localizarlo. Al principio se escuchaba mi corazón, que iba a más de 100 pulsaciones por minuto. Ricitos de oro se me acercó despacito, mirando curiosa el ultrasonido. Le di la mano y al cabo de un ratín de concentración conjunta, la matrona me miró con ojos brillantes: "Ahí está". Pom, pom, pom, pom, pom....a mucha velocidad. Tiene prisa por vivir, es normal. Me dijo: "Se escuchan ahora los dos corazones solapados, el tuyo y el suyo..." Demasiado emotivo para una sensible como yo. Es difícil expresar con palabras lo que se siente en un momento así.
En realidad tuve la sensación de escuchar al unísono cuatro corazones: ÉL, ELLA, YO, LA NUEVA VIDA.
Me gusta mi familia.

domingo, 8 de agosto de 2010

Limpieza del baúl de los recuerdos

Al principio no sabía por dónde empezar. He estado “limpiando” el piso de mis padres. El espacio en el que transcurrió mi infancia y adolescencia. Tenía tanto que tirar que me bloqueaba. Luego he ido cogiendo ritmo y he sido incluso capaz de tirar al contenedor de papel todas las cartas que guardaba de mi padre, mi madre, mi hermana,…No he dejado ni rastro. Antes de tirarlas confieso que releí algunas en una especie de desesperado intento de acaparar el pasado, de mantener vivo lo que ya no está. En algún momento incluso sonreí leyendo algunas cosas, como estas letras que escribía mi madre a mi hermana, hablándole de mí: “Ya sabes cómo es tu hermana. Está muy rebelde y contestona. Siempre quiere ser la primera en todo. No se te ocurra decirle nada de esto que te digo que ya sabes cómo se pone”. O las palabras que me dedicaba mi hermana en una carta que me escribía cuando estaba yo estudiando la carrera: “Sigue sacando esas notas. Estoy muy orgullosa de ti”.
No sólo he encontrado palabras bonitas o tiernas. He encontrado sentencias de divorcio, denuncias de malos tratos, titulares de periódicos con sucesos de los que mi familia era protagonista: “Asesinado por ETA un policía nacional de 36 años”. “Muere atropellado en las vías de un tren..”. Puff! Yo no tengo titular de periódico y me alegro. ¿Me habré librado de la maldición? Creo que sí. Si algún día mi hija (mis hijos), tiene que ordenar nuestras pertenencias, espero que se encuentre con una recopilación de cosas normales: pendrives llenos de fotos digitales familiares, recortes de periódico con artículos escritos por su padre, cartas de amor que sus padres se escribían cuando vivían lejos, un blog en el que su madre iba narrando cómo transcurrían sus emociones y los buenos sentimientos que le arrancaban las personas a las que quería, cuadros pintados por amigas de su madre, la recopilación de CDs de Manolo García de su padre, cuatro pares de pendientes de madera, un colgante hippie, velas, plantas….Y un único titular: “Mis padres trataron de hacer una vida normal. Una vida bonita”

miércoles, 4 de agosto de 2010

No se me va a olvidar

Quiero compartir las palabras que me ha dedicado otra AMIGA. Y las comparto para darles aún más fuerza, para interiorizarlas, para no dudar ni un sólo momento que las merezco y para que todos conozcáis un poco más de cerca lo bonito que siente y expresa esta pequeña/gran logopeda con la que compartí mucho más que trabajo. Cuando nos conocimos decidimos hermanarnos eternamente y aquí seguimos. Este fin de semana viene a casa. A su casa. A vuestra casa.

[...] "que no se te olvide que lo bonito de tu vida eres TÚ, que has transformado el dolor en vida, en amor, y lo has hecho extensible y real, dando una nueva vida, ELLA (tu gusanico)...y vida a lo que te rodea... y los que te rodean [...]".

No se me olvida, "guminola". Mientras haya personas como TÚ, no se me va a olvidar. Prometido.

martes, 3 de agosto de 2010

Tambaleo de autoestima

Al fin he traducido el lío de puntuaciones que aparecía en el baremo de las oposiciones. Tengo que confesar algo públicamente: Soy una fantasma. A mi super nota hay que restarle dos puntos. Por lo visto, la Consejería concede dos puntos a quien aprueba, así que en realidad he sacado un 6.743, algo que se ajusta más a las expectativas que yo tenía. Sigue siendo un buen resultado pero lo otro (mi pedazo 8.743) es que era muy fuerte. He tenido durante varios días la autoestima disparada. ¡Qué bueno es a veces vivir en la ignorancia!, ¿verdad? No acababa de creerme el resultado pero como estoy harta de escuchar que tiendo a infravalorar lo que hago finalmente me convencí de que era una auténtica máquina y lo había hecho mucho mejor de lo que creía. En estos momentos mi autoestima está más ajustada, se encuentra en su nivel habitual.
He asociado esta anécdota con algo que muchas veces me viene a la memoria. En un momento crucial de mi vida una vez más dudé de mis posibilidades ¡¡y me da una rabia!! Estaba yo intentando parirLA (¡cómo suena eso!), entre empujón y empujón y el matrón, con aquella voz serena y su rostro tranquilo me dijo: “Venga, sigue, que lo estás haciendo muy bien”. Y entonces a mí, en esa pedazo de situación, no se me ocurre otra cosa que dudar y preguntar: “¿Pero de verdad que lo hago bien?” Ahora me río, aunque a veces lo recuerdo con tristeza. ¿Por qué tengo que dudar siempre tanto?
Mi última batidora mental está relacionada con la decisión de hacerme o no la amniocentesis. ¿Y si asumo un riesgo innecesario? ¿Y si dañan al bebé? ¿Y si el resultado es positivo? ¿Y si tengo que tomar la decisión más dura de mi vida....?

Como diría mi AMIGA la madrileña: “¿Y si se acaba el mundo?”
¡¡Ya está bien de dudar!! La duda es necesaria pero cuando es excesiva paraliza, se convierte en el antídoto ideal para el avance. Vaaaaaaale, ¡¡¡a seguir con lo bonito!!
Hoy cumplimos 11 semanas. Ya queda menos para superar el temido primer trimestre. Yuhuuuuuuuu!!